miércoles, 3 de marzo de 2021

LA CAPILLA SIXTINA 46 (La embriaguez de Noé)

 







La tercera y última escena es una narración sinóptica titulada La embriaguez de Noé, la cual tiene lugar tiempo después del Diluvio.

Noé está representado desnudo y tumbado en el suelo aunque intenta incorporarse, pero su estado no le permite mantenerse en pie. A su derecha, sus tres hijos adoptan diversas posturas ante el padre ebrio: Cam parece burlarse de él mientras que Sem intenta evitarlo. Jafet, sin mirar directamente a Noé, cubre su cuerpo con un manto.

En la parte posterior, podemos observar una segunda representación de Noé en la que se le representa trabajando la tierra (la viña). Esta imagen ayuda al espectador a recordar el motivo de la embriaguez del personaje (el excesivo consumo de vino).

Así, en este fresco se plasman los malos comportamientos tanto de Noé por pecar abusando de la bebida como la de alguno de los hijos, que actúa sin compasión ante el padre.

 

Noé se dedicó a la labranza y plantó una viña. Bebió del vino, se embriagó, y quedó desnudo en medio de su tienda. Vio Cam, padre de Canaán, la desnudez de su padre, y avisó a sus dos hermanos. Entonces Sem y Jafet tomaron el manto, se lo echaron al hombro los dos, y andando hacia atrás, vueltas las caras, cubrieron la desnudez de su padre sin verla. Cuando despertó Noé de su embriaguez y supo lo que había hecho con él su hijo menor, dijo: «¡Maldito sea Canaán! ¡Siervo de siervos sea para sus hermanos!». Y dijo: «¡Bendito sea Yahveh, el dios de Sem, y sea Canaán esclavo suyo! ¡Haga Dios dilatado a Jafet; habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán esclavo suyo!». (Gn 9, 20-27).

 

 

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