domingo, 23 de octubre de 2022

LA OTRA HISTORIA DE CRISTO capítulo V

 




Hasta ahora hemos visto el contexto, el ambiente en el que nació y se desarrolló Cristo.

 Seguidamente vemos los evangelios canónigos y la personalidad de sus autores.
Para eso se necesitaron los Evangelios siguientes. Inmediatamente después del de Marcos se escribe. El Evangelio de Lucas. El de Lucas ya es otra cosa porque esa escritura la encarga un romano, entre el 70 y el 80 después de Cristo. ¿Por qué? Porque ya existía Pablo. Y Lucas era el médico personal de Pablo.

Pablo es histórico. Se la pasaba escribiendo cartas a todo el mundo. Y en la Epístola a los Colosenses 4,14, les dice literalmente “Os saluda Lucas el médico amado”.
En “Segunda Carta a Timoteo” 4,11, se queja de que “Sólo Lucas está conmigo”.

Las cartas que están en la Biblia son las cartas que están en la Biblia, no las cartas de Pablo. Las cartas verdaderas de Pablo no están en la Biblia. Hay cartas de decenas de hojas, que en la Biblia figuran cuatro paginitas nada más. Las Cartas de Pablo son tan comprometedoras para la historia de la iglesia que prácticamente son inconseguibles.
En Filemón 24, directamente a Lucas lo nombra colaborador; y en Teófilo, Pablo aclara que Lucas está escribiendo sobre lo que él hace. Lucas es casi un biógrafo de Pablo. Por eso después de escribir Lucas su Evangelio, escribe “Los Hechos de los Apóstoles”, cuyo personaje principal es Pablo y que es casi una biografía suya.

¿Pablo conoció a Cristo?
Lucas es un tipo que sabe muy poco de los judíos, porque es romano y está escrito por y para los romanos; y encima está encargado por un funcionario romano –al que Pablo nombra con el apelativo de “Teófilo”, es decir “El Amigo de Dios”, y al que le dedica el principio de su Evangelio, porque estaba interesado en Pablo.

Pablo era un tipo extremadamente distinto a todo lo que era el ortodoxo judío. Era un tipo que no tenía problema en compartir con gentiles, en sentarse a la mesa de los que no eran judíos, era un tipo muy, muy culto aunque brutísimo al mismo tiempo. Era muy tosco, pero sabía muchísimo, y sabía hablar muchos idiomas, lo que le daba una ventaja que muy pocos judíos tenían: podía comunicar en otras culturas. Hay toda una historia tremenda entre Pablo y el núcleo de Cristo, que muestra que sabía operar muy bien y tenía una gran ventaja de su lado, además: era psicótico y los psicóticos son tipos muy convincentes. Entonces, cuando Pablo daba un sermón sobre Cristo, multitudes se pasaban al cristianismo.

Pablo tenía momentos de mucho brote. Entonces en esos momentos se insuflaba. En suma, Lucas escribe, sobre todo, para contar lo que Pablo decía que era Cristo. Y por qué importa esto, porque Pablo iba a gentiles. Pablo tenía que convencer a gentiles, de que se hagan cristianos. ¿Y los gentiles qué eran? Romanos, griegos que estaban repoblados de dioses. Tenían más dioses que cualquier otro ¿y les vas a llevar un Dios nuevo? Eso muestra su extraordinario poder de convicción y su excepcional astucia para “venderles” un producto del que ya estaban hipersaturados. Básicamente su estrategia era: “este Dios tiene un montón de cosas que al tuyo le faltan”. Y para eso, era necesario que Lucas le inflara el producto.
Por eso cuando lees Lucas, igual que cuando lees Mateo -que es el otro escrito para extranjeros - Cristo es un personaje de historieta, lleno de virtudes, de potestades, porque tenía que competir con los Dioses de cada uno de esos lugares. Entonces crea un Dios con súper poderes.

El tercer Evangelista es Mateo. Mateo escribe en Egipto, por lo tanto para él es muy importante que Cristo tenga relación con ese país. Por eso, es el único que –desde el principio mismo, ya en el capítulo 2- se encarga de ubicar que en la infancia adonde escaparon María y José, fue a Egipto, lo cual, vale aclararlo, cumplía con lo que la Biblia pedía en el Antiguo Testamento:

Libro de Oseas 11,1:
“Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo”Por la necesidad de competir con Dioses tan grandiosos –junto los Hindúes, los más fabulosos de la historia de la humanidad- como son los Dioses de Egipto, Mateo va a recurrir a los más efectistas recursos que sólo están en Mateo.

Comprendan lo que eso significa: las cuestiones más espectaculares de la historia atribuida a Cristo, las que por lo tanto menos podrían ser ignoradas son sólo mencionadas en Mateo. Hablamos de cuestiones tan enormes como la virginidad de María al concebir a Cristo, la Estrella de Belén, los Reyes Magos, el infanticidio de Herodes. Cuando decimos que la Concepción Virginal solamente está en Mateo, es absolutamente riguroso pero sin embargo el tema de la virginidad, está también en Lucas. Y si es necesario estar advertidos al respecto, es porque la cuestión no es contradictoria sino engañosa, que no es lo mismo.
Mateo 1,18 dice:

“El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo”

Donde no hay duda de que muy explícitamente está diciendo que “antes de que se juntasen –es decir: cuando era virgen María–fue concebido. Pero como la gente encuentra en la Biblia –si la lee- que Lucas también nombra a una virgen la iglesia no perdió oportunidad de pretender que dos de los cuatro evangelios avalan que María concibió virgen. Lo cual, seguiría significando -aún en ese caso inexistente- que sólo el 50% de los Evangelios se refirió a este hecho extraordinario y sobrenatural.

Pero ni siquiera se trata de que dos de los cuatro lo hayan avalado pues sencillamente, Lucas no dice eso, sino que, al nombrar el tema de la virginidad, lo que dice es, en Lucas 1,26, que:

“Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María”Donde en ningún punto dice lo que sí afirma Mateo –que hubo concepción virginal- sino que dice clara, explícita y únicamente que se trataba de
“una virgen desposada con un varón”, es decir, era virgen cuando se desposaron, no cuando concibió.

Entonces, el único que habla de una concepción virginal –insistamos en esto: el único que habla de un hecho tan espectacular, que de ningún modo se les podría pasar por alto a los otros 3- es Mateo. ¿Y por qué lo dice? Porque aprovecha, para darle mucha más potencia a Cristo -como en el tema de la huida a Egipto- lo que la Biblia pide en el Antiguo Testamento:
Isaías 7,14:

“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo”.

Y exactamente lo mismo, puede decirse sobre Los Reyes Magos, y la matanza de niños por parte de Herodes: todo eso, que sólo está en Mateo, no significa que no tenga sustentos –como más tarde lo veremos- pero sí quita de cuajo toda espectacularidad o sobrenaturalidad del tema. Y no perdamos de vista que si la supuesta Concepción Virginal, la Estrella de Belén, los Reyes Magos y el infanticidio de Herodes nada tienen que ver con hechos sobrenaturales estamos quitando los milagros de la parte más “milagrosa” –junto con lo sucedido en la Cruz, que obviamente también develaremos en profundidad- de la que nos han vendido como la vida de Cristo.

Juan es un capítulo aparte, porque Juan sí tuvo contacto con Cristo. Por eso, aquí empieza lo importante. Juan en ningún lugar de la Biblia dice que se llama Juan. Es un nombre que se le inventó. ¿Para que? para que se confundan con el discípulo Juan Zebedeo porque es el de características más parecidas. Juan era sacerdote esenio El Evangelista es uno, el Bautista es otro y Juan Zebedeo es otro.

Decíamos que es el único que lo conoció a Cristo en forma personal, de los cuatro evangelistas. Como Sacerdote esenio, tenía acceso al Sanedrín. Por ejemplo, es el único que cuenta qué dijo Cristo durante el juicio. Quiere decir que tenía entrada y acceso a momentos tan reservado como ese ¿Cómo se enteró, si no, qué hablaron Cristo y Pilatos? Juan es extremadamente iniciático. Es místico por excelencia al punto tal de que es el único que sabe que Cristo fue a tomar raíces hindúes; lo cual se demuestra en un sólo paso:

¿Con qué se inicia el Evangelio de Juan? con una oración gnóstica hindú. Más claro imposible. Todo lo que viene después en su evangelio, se apoya en eso. Todo lo que va a contar, está apoyado en esta oración. Y esa oración,¿cómo empieza? En el Inicio era la Palabra.

Juan es un serísimo problema para la iglesia. Es iniciático, es gnóstico, revela las raíces hindúes de Cristo, no se parece a los otros tres Evangelios que a duras penas pudieron aceptar como “canónicos” pero era el único que podían poner de alguien que conoció a Jesús, los demás, si los ponen en la Biblia se derrumban el Vaticano . Entonces, ¿qué hacen? la Iglesia le inventa un capítulo para que no parezca tan iniciático: prácticamente todo el capítulo 21 –el capítulo final- de Juan es espurio. Es falso. Es agregado. Es mentira. ¿Cómo se sabe? Ya se hizo la prueba con rayos ultravioletas y la tinta con la que está escrito no tiene nada que ver con la tinta de los 20 capítulos anteriores. Es una tinta agregada cinco siglos después, casualmente en la igualmente falsa “Conversión de Constantino”. Qué Casualidad, cinco siglos después, supuesta conversión de Constantino a la iglesia y en el capítulo 21 de Juan, ¿qué está? Una sugerencia de Cristo fundando lo que toda su vida había repudiado: ¡Una iglesia!

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