Pequeño detalle, las fiestas se tenían en el palacio, y Juan el Bautista estaba en la Fortaleza San Antonio a unos cuatro días de viaje. Lo cual significaría que la pobre Salomé tenía que quedarse congeladita en su pose sensual días y días hasta que van, lo juzgan lo matan y le traen la cabecita cortadita para terminar la escenita. Es imposible que haya ocurrido como te lo cuenta la leyenda. Pero sí es cierto que lo que ahí había habido por vía de Herodes, era un problema donde el pueblo cada vez lo quería menos, porque aunque les diera cada vez más, les estaba saliendo demasiado caro, por dos motivos: el riesgo de enfrentamiento con los Árabes, y porque tenía una cuestión de paranoia tremenda.
No podían salir hasta después de tal hora de la noche, como un estado de sitio permanente pues en todos lados veía “conspiran contra mí, conspiran contra mí”.
Entonces Herodes es un rey que en la Biblia empieza siendo muy bueno y termina muy degradado, pero cuando él muere le queda al pueblo los tres hijitos de Herodes:
Herodes Arquelao, Herodes Filipo y Herodes Antipater. Y ya están presentados los cuatro Herodes.
Herodes el Grande era el Rey de sangre extranjera y una niña núbil, de familia real y sangre pura tenía que ser entregada al templo. Herodes el grandulón, de un lado. La niña núbil, de sangre purísima y virginísima del otro lado.
¿Qué hace el Sanedrín? Obvio: sale a protegerla inmediatamente de que sea manchada por la sangre extranjera ¿Y cómo la protege? le designa un protector.
Cuanto más pudoroso, más viejo y más respetado, menos posibilidades de que de algún modo Herodes se quede con ella. María había llegado a la edad fundamental de la menarca (primera menstruación) Y había que proteger del monarca a la menarca. José formaba parte del Sanedrín, e hicieron lo que por Mishná correspondía hacer: Cuando alguien de sangre pura de la realeza llegaba a la edad en que podía reproducirse, había que elegirle sangre pura davídica o sangre pura aarónica. Por un motivo que más tarde veremos -cuando abordemos el tema de quién es el padre de Cristo-, no era fácil ir a buscar a los Davídicos puros. Y los Aarónicos puros en general eran todos Esenios –y recién mucho tiempo después se formaron comunidades de Esenios casados-. Entonces tenían un problema ¿Quién podía estar a la altura de fecundar a María? A los 15 años tenía que tener el primer hijo. No tener hijos era, literalmente, una maldición bíblica. ¿Qué hacen entonces? Buscan un custodio; un tutor.
¿Y quién, a su vejez, quería tener de custodia a una adolescente a la que encima, Herodes el grandulón le iba a estar todo el tiempo apuntando con las garras afiladas para quedarse con la niña codiciada del pueblo? ¡Nadie!
Entonces recurren a lo que por Mishná correspondía: sueltan la paloma. Y donde se pose la paloma ese es el agraciado por la gracia divina. Es decir, o sigues el designio de Dios o te echamos. Al viejo le quedaba poco tiempo, y cercano a la muerte no iba a perder ahí toda la honra de su vida. Entonces, insuflado por el Espíritu Santo, ya ves aceptó honrado el Designio de la Gracia Divina. María no era broma. Por algo la Biblia la exalta tanto.
La historia tiene visos cómicos. Pero María no es broma. ¿Por qué? dijimos que tenía que haber un sacerdote Aarónico que unja al sacerdote Davídico. Y María tenía -escuchen bien por favor- sangre siria, fenicia, hitita y hebrea. Y eso significaba la unión de las diferentes tribus de Israel. Y eso significaba sangre davídica y sangre aarónica en un mismo cuerpo.
No se les había jamás presentado la oportunidad que se presentaba ahora. ¿Cuál? Estaban en los últimos tiempos. Esperaban la inminente llegada de un Mesías. Y de toda la estirpe de María nunca había sucedido, lo cual lo consideraban una maldición, un castigo de Yahvé- que el primogénito, que era el que importaba, fuera varón. Siempre la primera, como María había, sido mujer. Y como Ana, la madre de María.
Ana era de la realeza, hay una historia que cuenta el Evangelio Armenio de la Infancia de Jesús. Ana, la madre de María, era estéril. No podía tener hijos. No la tenía a María todavía, y la sierva de Ana, la sirvienta de la familia de la casa encuentra, mientras limpiaba, una echarpe con insignia real y se la da y le dice: seguro que esto le va a traer suerte señora, para que tenga el hijo.
Quiere decir: insignia real, sierva y familia con realeza. Entonces, la pregunta se impone sola:
¿A dónde está el carpintero que pudiera copular o casarse o tener de custodia a una persona con semejante estirpe de familia súper real? ¿De dónde viene la historia del carpintero?
Como habíamos dicho, Herodes el Grande se la pasaba buscando hacer méritos para el pueblo. Entonces en un momento decide “voy a construirles el templo más lindo que pueda construirse para los judíos”. Y ahí surgió el problema: No se puede pisar el templo si no se es Sacerdote.
El tema es entonces ¿quién lo construía? Herodes temía que se le volviera en contra la construcción del Templo, si de entrada los judíos sentían que lo había profanado haciéndolo pisar por no judíos. Entonces decide que los Sacerdotes van a estudiar las 2 cosas necesarias para hacer un templo: “carpinteros” y “canteristas”.
La edad ya avanzada en ese entonces de José, no le permitía pegarle a las piedras. Sólo le quedaba entonces ser Carpintero. Por eso el gremio de los carpinteros y el gremio de los canteros era el mismo en Jerusalén. José era carpintero, es cierto. Pero era carpintero por ese motivo. Era un Sacerdote Maestro de la Ley, Fariseo, pero que a su vez, como todos se tuvo que hacer Carpintero o Canterista. De ahí viene la historia. De hecho la misma palabra terminó mencionando Maestro de la Ley y Carpintero, así como Maestro de la Ley y Canterista. Porque ya se sabía que si era Maestro de la Ley tenía que ser o Carpintero o Canterista.
Cuenta la historia que Ana y a partir de ese echarpe quedó embarazada y finalmente tuvo a María. Pero ven: siempre era Ana, María. Siempre era estirpe de mujeres importantes. Nunca había ocurrido que el primogénito fuera un varón. Pero si hubiera habido un primogénito varón de esa estirpe, rompía todos los cánones porque era Aarónico y Davídico en sí mismo y justo estábamos en los últimos tiempos.
Últimos tiempos, no había mucha posibilidad de perder más tiempo. Y el Aarónico no ungía a ninguno. Pero ahora podía nacer: María había llegado a la edad núbil. Podía llegar a nacer el que estuviera por encima de todos, porque ella tenía todas las sangres en ella. Por eso es totalmente honrada en la Biblia, es totalmente exaltada: Si ella tenía un varón ese era. Y no hacía falta que lo ungiera el Aarónico. Y él tenía que vérselas con eso como cada uno, con las expectativas sobre nosotros cuando nacemos. Y exactamente ahí, en qué hacemos ante “eso”, se Inicia la historia de toda Iniciación.
María y Gabriel
José se lleva a María a la casa, y los evangelios lo sacan de escena hasta el embarazo de María. En los apócrifos, directamente lo ubican 6 meses en el campo. Hay que entender que el hecho de que naciera el Mesías, era sinónimo de oposición a Roma. Porque ese tenía que ser el rey de los judíos. Y si ese era el rey de los judíos, ¿qué hacíamos con el César? Entonces, es normal, es natural que el Sanedrín trate de no ponerle demasiado hincapié en qué pasó con José, porque si José había admitido que ella copule con el Davídico, Roma caía sobre José. De hecho, al responsable del embarazo, lo nombra solamente un evangelio: Lucas ¿Y a quién se responsabiliza? al Arcángel Gabriel.
Y para entender quién era y qué era un Arcángel Jesús no nació de una Virgen. ¿A dónde estaban los Davídicos y los Aarónicos puros por excelencia? La respuesta, gracias a lo que ya hemos recorrido, la saben: los Zelotes y los Esenios.
En cambio los zelotes eran guerreros. Usaban sustancias que hoy se llamarían alucinógenas. Eran tipos de guerra, de combate, tomaban vino, comían, les gustaba el placer. Lo que quiero que entiendan es que los zelotes, davídicos puros tenían todos los números para que alguno de ellos acepte gustosísimo hacer el favor de fecundar a la adolescente. Cuestión que de por sí para los zelotes era lo mejor que podía pasar: que uno de ellos fecunde a la simiente de David y a la de Aarón y de ahí surja lo que ellos querían.
Para eso ¿qué se necesitaba? El más puro de todos los puros. Aquel que entonces no era uno más, estaba por encima.
No era Ángel, era Arcángel.
¿Qué es un Ángel? No es un ser alado que viene del cielo. ¿Saben lo que significa? Mensajero, alguien que traía el mensaje de una comunidad a otra era un ángel. Por eso la leyenda de las alas, porque iban de un lado a otro. Y el Arcángel, proviene del llamado Coro Persa y sus jerarquías. Desde el pseudo Dionisio, en el Siglo VI, esas Jerarquías son: Serafines, Querubines y Tronos. Después: Dominaciones, Virtudes y Potestades. Y las más elevadas –por eso se llaman Principados- Ángeles y Arcángeles.
Es decir: los Arcángeles son los más elevados. Entendido que cuando hablamos de un Ángel y de un Arcángel, no estamos hablando de algo celestial. Ahora entendamos la otra mitad del
tema: la Mishná – Ley Hebrea- prohíbe que seres Celestiales copulen con humanos. Por la historia de los “Súcubos” y los “Íncubos”.
Como puede verse, no todo es lo que parece y especialmente cuando las enseñanzas recibidas se escapan de la realidad y se llenan de oscurantismo.
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