viernes, 28 de octubre de 2022

LA OTRA HISTORIA DE CRISTO capítulo XII

 


Continuamente, es casi un estribillo repetido por doquier en la Biblia el “con esto se cumple lo que está escrito”. Pero muchísimo más importante aún, de manera absolutamente explícita, abierta, transparente y -vale decirlo- honesta, Cristo mismo lo dice y lo reconoce para quien lo quiera Escuchar:

Lucas 22,37:
“Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito”

Marcos 14,21:
“A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él”

Mateo 26,24:
“A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido”

Mateo 26,53:
¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? 54 ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?”

Recordemos que su padre era Judas de Gamala jefe supremo de los zelotes con la categoría de Arcángel y a sus órdenes estaban los ángeles, los soldados.

Para quien quiera Escuchar, está muy claro que Cristo decidió que se cumplieran en él las Profecías.

Solo que Jesús decidió, que él no iba a ser objeto de las Profecías, él iba a ser el sujeto que decidiera cumplirlas. Para eso iba a tener que aprender cosas muy difíciles, por ejemplo no morir de lo que morían los demás. Por ejemplo, iba a tener que conseguir inscribir ante los demás que él lograba lo que la Biblia decía que tenía que lograr. Iba a tener que aprender a crear escenas sin las cuales se le podía cuestionar que fuera el Mesías. Escenas que le dan la lógica a todo lo que él hace.

Todo lo que él hace es para que se cumplan las Profecías.Todas las Profecías se cumplían para que se sea reconocido como el Mesías.

Primer Paso de la Iniciación, tendrás que escuchar lo que en ti decide qué tendrás que ser. De “eso” tendrás que aprender a apropiarte, para hacer lo que tú deseas ser.
Aprendes a escuchar de un modo diferente los dichos para detectar dónde está la clave de lo que se espera de ti. Y ¿qué hago con eso? ¿me someto a eso? No. ¿Y qué hago con eso, lo ignoro? No. ¿Qué hago? Primer apotegma de Magia: “Tu adonde es mi por donde”.

Tu adonde es mi por donde: adonde quieres ir tú, por ahí iré yo para ir a donde yo quiero ir.
Cristo no vino a hacer lo que vino a hacer para que nuestras vidas sigan iguales. Vino para que aprendamos de lo que él dijo: a hacer la gran revolución, transformación de un fin de los tiempos.

Primera Enseñanza de Cristo: Ni se opuso a las Profecías. Ni se sometió a las Profecías.
¿Qué hizo? Las Escuchó y las tomó como aquello de lo cual tenía que investirse para que el pueblo lo Escuchara.

Las Señales
Es tan grande como humilde la propuesta. Aprender a pensar como aprendió a pensar uno de los más grandes. Tanto que es el único que logró cambiar la historia en “antes y después”.
Cristo vino para que te Inicies.

Imaginen ustedes las fiestas mitraístas, las fiestas paganas, preciosas, que tenían los griegos, los romanos y le iban con la iglesia vestidos de negro “siéntense, párense, canten, cállense” y todo, todos juntos. Lo digo muy como lo piensa aquel a quien le querían vender una liturgia tan poco atractiva. Se tuvo que inventar algo hermoso como el nacimiento de Cristo. A eso sí que es difícil competirle en belleza: La Navidad, el Pesebre.

Si no consideraba lo que el pueblo esperaba de un Mesías, obviamente era un serio problema porque ahora, ¿de quién lo iban a esperar? Si era que no llegaba, y ahora llegó y tampoco los libera, se caía una desazón enorme. Arma de doble filo porque si no cumplía las Profecías no le creían, y si las cumplía se supone que era para que los liberara de Roma.
Y la sola idea ya era bastante absurda: Si los judíos simplemente pasaban a ser el pueblo elegido de Dios porque los liberó un Mesías. ¿Para qué había servido todo? ¿Qué aprendían?

¿Qué le enseñaban a la humanidad y qué aprendían ellos?

Jesús aprendió que de él había una expectativa y que Ni podía someterse a ella Ni se trataba de ignorar lo que de él se esperaba. Decidió, entonces, algo inédito y revolucionario en la historia de las religiones: Decidió que él iba a cumplir las Profecías.

La primera es la que conocemos en occidente con el nombre de lo que ungió, lo que marcó que ahí había el nacimiento de alguien especial.

Acá se la conoce como la Estrella de Belén pero ni es Estrella ni es de Belén.
Los babilonios miraban el cielo todo el tiempo, los egipcios miraban el cielo todo el tiempo. Los hebreos en general no se caracterizaban por hurgar qué pasaba en los cielos –los esenios un poco, pero tampoco era su inquietud fundamental. La historia de la que no es estrella y no es de Belén, empieza ubicando algo extremadamente serio:

¿Por qué en Belén?
Belén de Efrata –tal es el nombre completo- era lo exigido por la Profecía para que sea el lugar del nacimiento del Mesías. Pero resulta ser que Jesús no nació en Belén, con lo cual, la primera de las Profecías no se le cumplía. Y esa no la podía cambiar él: ya está, ya había ocurrido.

En la Biblia siempre que se habla de Jesús, se lo ubica como galileo. Y Galilea está al norte y Judá está al sur y Belén está en Judá, que está al sur. Además de como “Galileo”, la otra palabra con la que se lo menciona siempre es “Nazareno”. Ya vimos que Nazareno nada tiene que ver con dos cosas: 1) con la provincia de Nazareth, y 2) la provincia de Nazareth no tiene nada que ver con la época de Cristo.

Sencillamente no existía la provincia de Nazareth. La historia de la provincia de Nazareth es completamente posterior, en el Siglo II, casi el Siglo III después de Cristo, cuando ya comenzaban a haber interesados en la historia de Cristo, iban a la tierra de lo que llamamos hoy Palestina.

“Tierra Santa” y querían conocer lo que creían que era una provincia. Entonces iba la gente, peregrinaba y querían ver “la tierra del nacimiento del Mesías” Y no había. ¿Qué hicieron? Lo mismo que hace siempre la iglesia: “esta es la casa en la que vivió María” me decían cuando en Efeso, en Turquía.¿la casa donde vivió María? Pregunta de turista molesto: ¿Y con qué argumentan eso?. Respuesta de guía molestado: “La tradición”

Acá quemaron a San Juan en aceite y salió rejuvenecido por esa puerta. Y del otro lado de la puerta lo esperaba el Espíritu Santo y se lo llevó en nube. O el otro sketch cómico que vende la iglesia: “La Asunción de la Virgen”.

¿Qué es? El Espíritu Santo pasó a buscar a San Juan, después a la pobre viejecita -que entre paréntesis, debía tener como 170 años en esa época-, y después a los discípulos y se los llevó a todos en una especie de ómnibus galáctico con forma de nube.

Y así como sucede hoy con la casa de María, la tumba de Cristo o las reliquias históricas del mismo modo sucede con la provincia de Nazareth. Inventaron una provincia, pero no existe un solo mapa de la época que tuviera una provincia de Nazareth.

En el Antiguo Testamento nunca está mencionada, aun cuando Josué en 19 10,16 describe detalladamente la región, y no hay alguna provincia con ese nombre.

Pero los evangelistas, a Jesús necesitaban hacerlo ir a Belén, porque había nacido en otro lado. Entonces necesitaban inventar un motivo por el cual se desplazara y en el camino a Belén naciera. Entonces, literal y concretamente, se inventa la historia del desplazamiento por el censo.

Lo cual no quiere decir que el censo fuera un invento. Sí hubo un censo: el de Quirino, que aprovechan para inventar la historia del nacimiento en Belén.

En los censos el número era extremadamente serio, porque Roma cobraba por vivir bajo el imperio Romano un derecho. Lo que hoy llamamos impuestos.

Esto era muy serio porque Roma decía “yo estimo que la provincia tal me tiene que pagar tanto” ¿Y cómo te lo van a pagar? ¿Si no te lo pagan qué pasa? Bueno, para eso estaban los odiados publicanos como Mateo Leví.

¿Qué significa publicano? Recaudador de impuestos. Y lo odiaban todos, por eso era muy extraño que Cristo tuviera en su grupo un publicano. Los publicanos tenían que llevarle a Roma equis dinero establecido en el canon Romano. Tú tienes la provincia de tal. A mí me tienes que traer tanto. Yo soy el César, a mí me tienes que traer tanto y yo te doy esa provincia. Si tú recaudas más, es para ti. Si recaudas menos el problema es tuyo y me lo tienes que traer. Por eso los publicanos eran muy celosos y perseguidores implacables para que les paguen. No querían saber nada con que no les paguen, porque era su negocio personal el que estaba en juego.

Vemos como no podemos creer al pie de la letra todo lo que está escrito, pues cada cual acomoda la realidad a lo que quiere hacer creer a los demás y entonces se ve en la necesidad de cambiar la realidad, y eso hizo la Iglesia y los evangelistas.

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