Cristo en la India, según las tablillas del Monasterio de Himmis, fue condenado a muerte.
Lo iban a buscar para asesinarlo, porque lo que él hizo fue, en La India, lo que precisamente quisieron hacer Abraham y los anteriores: que las castas no sean más un lugar de freno y que tú puedas aprender lo que quieras aprender según tus desafíos y no según de antemano algo que decide hasta dónde puedes llegar. Cristo cometió, según las tablillas del Monasterio de Himmis, algo terrible que fue atravesar la Trimuri. Claro, él sabía lo que sabían los Brahmanes y los Brahmanes no se lo enseñaban a quienes ellos no querían. Él atravesó el poder de los Brahmanes haciendo una Enseñanza abierta para quien cumpliera los pasos que tenía que cumplir.
Que se fueran los Abrahmanes, a los Brahmanes no les movió un pelo. Pero lo que estaba haciendo Cristo les hacía saltar el turbante. Lo buscan entonces para matarlo y se escapa de la India, y no lo pudieron detener.
Yo quiero que entiendan que los Brahmanes eran personas con muchos recursos, y estaban de locales. Pero si no lo pudieron tomar como prisionero esto muestra los recursos con los que Cristo contaba gracias a Su Recorrido, gracias a Su Iniciación.
Lo cual no es poco decir. En realidad es lo más que puedes decir en la India. No hay algo por encima de los Brahmanes; y si los Brahmanes contigo no pudieron quiere decir que tú convocas un poder superior al Brahmánico. Y convocar un poder superior al Brahmánico significaba estado de Cristo.
El Estado de Cristo
Todo esto fue la preparación. Ahora empieza el ministerio público de Cristo. ¿Cuándo? Cuando se transforma en Cristo.
Y acá viene la verdadera cuestión: “Cristo” es una palabra tan engañosa como todo en religión.
Bien, va al Templo de Heliópolis y accede a la última puerta. Ahora es Cristo. En Magia se intenta alcanzar ese estado, por eso te tiene que importar qué significa el Estado de Cristo.
El Estado de Cristo no es un estado cualquiera: Es un Estado que no te puede conferir otro. Y eso es, literalmente, fundamental.
Pues ¿cómo? ¿No era un estado de unciones y de Bautismos y de todo eso? “Cristo, que viene del Jristó Griego” y es la Unción al Meshiah, al Mesís. El Mesís cuando alcanza el Estado de Cristo, alcanzó un Estado que se traduce en las religiones como “El Ungido”, y se lo interpreta como que un otro ha “Ungido”.
Pues Cristo había decidido Ungirse, con un recorrido que le permitiera seguir y cumplir las Profecías con las que se ungía, se señalaba, se identificaba, al Mesías Cristo. Y decidió que iba a ir más allá haciendo lo que, efectivamente, hizo: Enseñar a Liberarse. En una Liberación que no tenía que ver con Roma, Egipto, Babilonia, o cualquier cuestión otra externa.
Pero le tenía que enseñar eso, a gente que lo estaba esperando era: “Libéranos de Roma, libéranos de Roma”. Vamos a hacer la revolución armada, porque tú eres descendiente de David, y David era guerrero y tú tienes que hacer entonces una revuelta armada. Y sin que nosotros tengamos que hacer grandes cosas, tal vez participar un poco en las revueltas armadas que nos digas y nada más.
¿Qué tiene que hacer Cristo ante esa profunda, social, religiosa y homologada demanda que le cae encima? No olvidemos que detrás, estaban los zelotes, para los cuales lo más natural y evidente, era que el Davídico se constituyera en un cabecilla militar que los arengue a liberarse, con técnicas militares imbatibles, que sólo él supiera. En la cabeza de ellos, esa era la ilusión.
Pero llega Jesús, y no llega lo que ellos creían. Y era fundamental que ellos creyeran que llegó el que ellos querían. Lo primero que hace Cristo es exactamente lo que La Enseñanza
enseña, para crear una Nueva Realidad: Un “Acto Fundacional”
Llega otra vez a Galilea. Y para sorpresa de todos va a pedirle a Juan que lo bautice. Juan era Aarónico, pero también era un Superior Esenio, y con su Bautismo está uniendo entonces a los esenios a su causa, y vale recordar que los esenios eran muy respetados por todos los hebreos.
Y Juan era algo más: era de la familia. Que Juan lo ungiera entonces, dejaba dicho ante todos que la familia lo apoyaba.
Como vimos, Cristo de ningún modo necesitaba Unción alguna de Juan, porque ya era Aarónico. Es entonces un acto inédito de humildad, de astucia, de elevación absoluta, el hecho de que Cristo incline la cabeza ante Juan.
Un acto tan importante, que los mismos judíos no lo entendían: “pero, si éste ya es Aarónico”. Eso les mostró, “estamos ante alguien superior”, esto no es lo que conocemos.
Al mismo tiempo, si Juan anuncia a Cristo, Cristo es más elevado. El que era el más elevado inclinó la cabeza ante Juan.
El impacto de este acto fue tal, que atravesó los siglos: Da Vinci en todas las pinturas muestra siempre a Juan por encima de Jesús. Para Da Vinci es más importante Juan que Jesús, porque precisamente Jesús inclinó la cabeza ante Juan.
Jesús inclinó la cabeza ante Juan, para que ambas cabezas trabajen juntas. Juan era el Aarónico que ungía con agua, eso es Bautismo y eso se le daba a todo el que lo quisiera. No tenía nada que ver con algo espiritual, significaba simplemente “estamos dispuestos a seguir lo que nos diga el Davídico cuando tú nos anuncies que ha llegado”
No olviden Hechos 19,1 cuando Pablo le pregunta a los discípulos de Juan ¿no los unge con el Espíritu Santo? Y no tenían idea de qué estaban hablando. Tanto, que ahí empieza el Evangelio de Juan.
Es extremadamente elevado y poderosísimamente llamativo. Es equiparable a cuando él en la Última Cena le lava los pies a los discípulos: Algo que rompía todos los moldes.
Cristo se hace ungir por Juan; y mientras Juan no lo Ungió, él no se dio a conocer.
Antes de su gran entrada al lugar donde tenía que deslumbrar: En Jerusalén. Vale mencionar que cuando Jesús iba a Galilea, a Betania, a lo que hoy es Nazareth, le iba bárbaro. Pero dice claramente en la Biblia que sólo podía hacer milagros en el lugar en el que ya creían en él.
¿Y qué gracia tiene eso?
No podía hacer milagros en los lugares en los que no creían en él. Lo cual es una broma de mal gusto, porque si necesitaba hacer milagros era para, precisamente, convencer a quienes no creían en él. Pero los milagros no le funcionaban donde no creían en él.
Lo primero que hace es ir al lugar en el cual creían en él, y se hace Bautizar por Juan el Bautista. Luego, antes de ir a Jerusalén, se hará Ungir. Y si es de capital importancia que el Bautismo se lo haya hecho Juan Infinitamente más importancia tendrá el hecho de quién le hará la unción.
Una profunda división, con la que Cristo se las tenía que ver, y que sale a la luz en el tema de la Unción ¿Por qué? Porque Cristo precisaba –por las Profecías- también una Unción social. Y eso implica que necesitaba alguien que lo ungiera. Y todos esperaban que se haga Ungir.
Pero no perdamos de vista el literalmente Fundamental hecho de que “Cristo” significa tanto “El Ungido” como “El que se Unge”. Y si Cristo “Se Unge”, Él elige la ceremonia y él elige quién lo va Ungir, quién le va a poner el aceite sagrado en la cabeza. Pensemos ¿De quién se supone que tenía que pedir la Unción?
Juan no podía ungirlo. Juan Bautizaba ¿Quién era recontra representante de la pureza Davídica, Aarónica y con todo se su lado para Ungirlo? Obviamente María. Pero según la Biblia, Cristo elige ser Ungido por María Magdalena.
Supongo que queda claro que Jesús se transformó en Cristo por ser un mago superior y que precisamente eso fue lo que enseñó a los hebreos, les transmitió, a los que quisieron y tuvieron la capacidad necesaria, los conocimientos precisos para transformarse en magos que dicho a niveles prácticos, ser mago es saber crear tu propia realidad, por tanto nada que ver con realizar milagros ni cosas espectaculares sino, sencillamente, hacer que tu vida sea exactamente lo que tú quieres que sea. Justamente lo contrario de lo que enseña la Iglesia que es que tu vida sea lo que los curas quieren que sea, depender de ellos desde que naces hasta que mueres y por eso inventaron unos sacramentos que debes cumplir desde que naces bautismo, comunión, confirmación, matrimonio y cuando mueres la extremaunción.
Los conocimientos esotéricos solo algunos clérigos los han alcanzado a lo largo de la historia y de forma parcial, como los místicos Teresa de Ávila y Juan de la Cruz que trascendían lo terreno y comunicaban con otra dimensión.
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