Y hablando de las delicias de la vida conyugal una escena cuasi de alcoba, que sigue confirmando cada cuestión que vamos desocultando: Evangelio de Felipe que suele ser tan “sutil” como lo vas a leer ahora.
Cuando Felipe habla de algo, no te deja la menor duda como lo podemos ver en estos dos párrafos:
Evangelio de Felipe, 36
“Había tres Marías que caminaban continuamente con el amo, la madre de él, la hermana de él (Cristo tenía una media hermana: María Zebedeo) y la Magdalena. Ella, quien se llama su pareja. Pues María es su hermana, María es su madre y María es su pareja.
Evangelio de Felipe, 59
“La pareja de Cristo es María Magdalena”
“El amo amaba a María más que a todas, y más que a todos los demás discípulos y la besaba a menudo en la boca de ella” Te aclara “en la de ella”, por si no lo habías entendido. Y ya que estamos en terreno de sutilezas:
“Abrazaba él también a las otras hembras, pues le decían a menudo “pero que tú la amas a ella más que a todas nosotras” y él respondía entre risas “pero cómo que no os amo a vosotras”
No pierdas la oportunidad de ver, en estas escenas muy cotidianas que Cristo, lejos de todo acartonamiento es descrito como un tipo alegre. Y un detalle más todavía, que va a importar mucho más delante, cuando hablemos de la tumba de Cristo:
El Testamento de San Juan dice el nombre en clave de verdadero nombre de María Magdalena: El emblemático nombre de “Marianne” Y dice que Marianne era quien inspiraba fortaleza al grupo, y quien después tuvo su propio núcleo de seguidores llamados Los Marianistas.
Cuidado entonces con la asociación directa de que “lo Mariano” y “lo Marianista” está ligado necesariamente a la madre de Jesús.
Gran división, Gran Integración
Es tan necesario diferenciar ambas cuestiones. Pues en realidad constituían dos bandos enfrentados, representantes de los dos polos de la dialéctica de la gran división primaria que a Cristo le tocaba enfrentar. Como se trata de algo totalmente clave, veamos todos los lugares de la Biblia donde están citados los enfrentamientos discípulos y familia.
Juan 2,12; muestra que al principio no se manifestaba la división:
“Después de esto descendieron a Capernaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días”
Hasta que en Juan 12 se demuestra que la escena de la Unción hizo el enfrentamiento se haga manifiesto. Enfrentamiento que se vuelve dramático en Lucas 7:44:
“Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies”
Seguimos con Señales cada vez más claras. Segunda Carta a los Corintios de Pablo 11,4:
“Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; 5 y pienso que en nada he sido inferior a aquellos preclaros apóstoles”
Carta a los Gálatas 1,18:
Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y Permanecí con él quince días”
2,4:
“los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud, 5 a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros. 6 Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa;
Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron. 7 Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión 8 (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles), 9 y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión”
2,11:
“Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13 Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos:
Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?”
Esta sucesión muestra descarnadamente cómo se pelean a lo bestia entre los discípulos y entre los miembros de la familia y cómo la idea de que estaban todos del mismo lado alrededor de la Enseñanza del Maestro, no existe. Había enfrentamientos, y cada vez peores que llegaban a extremos como los que revela el mismo Pablo “Yo voy a enseñar a un lugar y atrás mandan gente de ellos para deshacer lo que yo hice”
=Para que se entienda aclaro que Pablo predicaba un Cristo divinizado, como si fuera un dios, y sin ninguna impregnación de las costumbres y principios judíos, mientras Pedro y los demás apóstoles, predicaban un Cristo Mesías, pero hombre y todo iba impregnado de las costumbres y principios judíos pues ellos eran judíos como el mismo Cristo, y entre otras cosas estaba la circuncisión que transmitían como una obligación a los nuevos cristianos. Por esta razón existían estas dos corrientes enfrentadas y lógicamente a los gentiles, es decir a los no judíos, no les atraía un Mesías que no fuera un dios poderoso, y mucho menos tener que circuncidarse, aparte de otras obligaciones propiamente judías.
Tal como podemos comprobar hoy, con la Iglesia Católica, ganó la corriente de Pablo y por ello se propugna un Cristo que es Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad, no hay circuncisión y las obligaciones de los cristianos católicos son bastante simples comparadas con las de los judíos.
Finalmente que Cristo no se deja llevar por “la sangre”, es tan claro como conmensurablemente lo muestra, por ejemplo, el terrible calificativo que le pone a Pedro por querer apoyarse en la sangre:
Mateo 16;23:
“Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Las castas para los hebreos eran las familias, las “tribus de Israel”. Lo que para la India era el sistema Brahmánico, para los hebreos eran las familias.
Pero también queda igual de claro que eso no significaba que se pusiera eso es lo que, con total Maestría, se muestra en Marcos 3,31; Mateo 12,46; Lucas 8,19, tal como antes lo hemos situado cuando ubica “Mis Discípulos son Mi Familia”
¿Qué hizo cuando hizo Eso?: Ni-Ni: ni discípulos, ni familia integrando a ambos en un polo Superior .
SAN PABLO EN ATENAS DE Rafael Sanzio
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