Obviamente la clave está en el insólito hecho de que Magdalena lo ve, pero no lo reconoce porque se lo confunde con “el hortelano”.
El tema es que el que cuida el huerto, revuelve la tierra y para los judíos eso estaba prohibido; entonces tenían que, de algún modo, identificarse ante la sociedad para que no lo toquen. Por eso no podían usar barba. Eso era obviamente un distintivo, en una sociedad donde –hasta por cuestiones religiosas- todos tenían barba.
Y a quién se confunde Magdalena con el hortelano al mismísimo Jesús que la tiene que llamar por su nombre para que se percate de que era él.
Por tanto Jesús se había quitado la barba. Por un lado, es perfectamente lógico y comprensible que con tantas heridas y sangrados, hayan tenido que sacarle la barba. Pero ¿Por qué ahora estaba sin barba, y por qué lo ponen de manera tan encubierta –sólo nombrado por Juan, y en una escena tan confusa-?
Porque un doble motivo de gran inteligencia en ambos polos: Por un lado, era necesario no correr el más mínimo riesgo de que los romanos identificaran a Jesús luego de la Cruz, pues eso significaba que lo vuelvan a crucificar, en condiciones infinitamente peores a la anterior, lo cual, de paso, muestra que no se trataba de que Cristo pensaba en términos de alguien que tuviera el poder de resucitar, sino obviamente hubiera hecho exactamente lo contrario a no dejarse atrapar ¿no? “Era extremadamente clave que los discípulos que conocían a Judas Dídimo no pudieran suponer que era el gemelo el que había aparecido después de la Cruz.
Entonces, si el Dídimo tenía barba, y Jesús no ya no podían haber dudas. Las barbas postizas todavía no existían.
Ya nos bajamos de la Cruz, fuimos al Sepulcro de Don Sepultura Arimatea, nos abrieron la puerta con explosivos que hicieron temblar la tierra, nos trajeron todos los medicamentos necesarios y a los esenios para que nos apliquen, nos afeitamos y ya nos están encontrando los que nos tienen que encontrar para dar testimonio de “la resurrección”.
Caos Post Cruz
Mateo 28,16:
“Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones”
Marcos 16,9:
“Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios. 10 Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando. 11 Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron. 12 Pero después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo. 13 Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron. 14 Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. 15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”
Juan 20,26:
“Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!
29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. 30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
Lucas 24,9:
“Y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás. 10 Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. 11 Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían.” (…) 21 “Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido. 22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro; 23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. 24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron. 25
Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?”(…) 38 “él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? 39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. 40 Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. 41 Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? 42 Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. 43 Y él lo tomó, y comió delante de ellos. 44 Y les dijo: Estas son las palabras que os
hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. 45 Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; 46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; 47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. 48 Y vosotros sois testigos de estas cosas”
Lo que sucede en los encuentros postcruz, es tan fuerte como caótico. De hecho, no hay dos Evangelios que coincidan ni siquiera en lo anecdótico –con quiénes se encontró, a dónde, cuántos días transcurrieron- y eso que para no hacerlo más confuso, no recurrimos a los Hechos de Los Apóstoles, donde Lucas directamente se contradice a sí mismo respecto de lo que escribió en su evangelio. Pero sí todos, en medio de lo diferente, muestran algo durísimamente idéntico las dos Cuestiones Fundamentales que anticipábamos: La primera es que de ningún modo todo lo sucedido fue convincente en ese momento y en los más cercanos lo cual vuelve a demostrar y a confirmar que no se trató de algo sobrenatural. No por nada el Nuevo Testamento, termina acá. Pues Esa es “La Buena Nueva”:
La Enseñanza es lo que se dirige más allá del yo.
El Más Allá
En efecto: excepto María Magdalena, todos los demás ya estaban decepcionados o desinteresados. La madre y los hermanos ya estaban totalmente desilusionados de su familiar ilustre, porque no entendieron que la guerra que él proponía era otra guerra de liberación interior -de lo que vamos a hablar después, porque Las Claves Iniciáticas las dejé para el final- Para decirlo todo: basta ver las escenas que ya vimos, aún contenidas en los Evangelios, de lo que sucede inmediatamente a la Cruz, para darse cuenta de inmediato de que ninguno de la familia lo quería ya.
De hecho, tanto los Apócrifos como los Hechos de los Apóstoles y las Cartas, muestran que Pedro mismo cae en una profunda decepción que termina haciendo que finalmente se pase a lo que los familiares reconstituyeron otra vez como “el otro bando”: Pablo.
Ninguno de la familia había estado satisfecho con lo que hizo Jesús. Respecto del otro polo, el de los discípulos fueron absorbidos por el mismo foco inferior que desde siempre la Enseñanza devela que hay entre dos bandos enfrentados.
Entonces, si ambos polos sucumbieron reabsorbidos al mismo foco inferior, la pregunta es inevitable ¿Todo fue un fracaso?
Díganme en qué lugar Cristo dice que haya muerto y resucitado en el sentido en que la iglesia lo pretendió. Si no quieren perder tiempo, se los anticipo yo: sencillamente, no lo encontrarán. Vimos la diferencia entre mentira y engaño. Permitió que cada quien crea lo que cada quien necesitaba creer. Pero lo que él necesitaba era cumplir la Profecía. Y eso es lo que hizo.
Mateo 12,38:
“Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal. 39 El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. 40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”.
Lucas 11,29:
“Y apiñándose las multitudes, comenzó a decir: Esta generación es mala; demanda señal, pero señal no le será dada, sino la señal de Jonás. 30 Porque así como Jonás fue señal a los ninivitas, también lo será el Hijo del Hombre a esta generación”
Pero Jesús, aprovecha eso y da una de las Respuestas más éticas e inteligentes que dio. Les dice: “la señal que tendréis es la de Jonás”.
¿Qué es la Señal de Jonás? Para los judíos, eso estaba muy claro. Remite al Libro de Jonás, del Antiguo Testamento, donde habla de ese personaje, que luego de ser devorado por una ballena y estar tres días dentro de su estómago, la ballena por milagro de Dios, lo escupió.
Iba a hacer lo mismo que un tipo que parecía muerto, que no estaba muerto, y que literalmente, por lo tanto, “resucitó”
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